Completa
seguridad en el idioma demostrábamos todos. Decíamos frases jugando con
palabras, manteníamos conversaciones con locales en puestos de salchichas, y
algunos hasta ya leíamos libros en alemán. En las clases nos sentíamos como
patos en el agua. Todo iba excelente.
Hagan este
ejercicio por favor, dijo el profesor.
Sacamos la hoja con emoción y empezamos a mover la pluma con ‘sicherheit’.
A ver, ¿quién
sabe qué significa ‘hundefutter ´´?, nos pregunta el profesor.
Todos queríamos
responder, porque claro que todos podíamos apostar que teníamos las respuestas
correctas.
Casi que
como cuando se le pregunta a un grupo de Kinder que quién quiere chocolate, todos
alzamos las manos listos para vomitar el significado.
-‘’Obvio,
eso es pechuga de pollo. ’’ Nos explicaba uno.
-‘’ ¿Qué hablas?
¿No vez que hunde es ‘cien’ y ‘futter’ es pies? ¡Se trata de un ciempiés!’’
Decía el otro, cien por ciento seguro de su tan inteligente respuesta.
-‘’No, no.
Aquí están todos mal. Yo leí una vez esa palabra, y en el contexto de la frase
podemos ver que se trata de un tipo de flor. ’’ Respondió otra.
Entre tanto
enredo y supuesto conocimiento, el profesor no aguanta más la carcajada que
tanto se estaba aguantando.
Entonces
nos dice. ‘Ay. Que graciosos todos ustedes. El verdadero significado de ‘Hundefutter’
no es ni pechuga de pollo, ni flores, ni ciempiés. Lo siento. Significa comida
de perro, nada más y nada menos.’
La cara de
todos de confusión combinada con decepción y risas fue épica.
Ahí, el que
con más seguridad había dicho que era un ciempiés dijo para sí mismo algo que
si no hubiera estado sentado al lado de él no hubiera podido escuchar:
‘’Siempre
me pasa esto. Juro que se algo y no sé nada. ¡Hundefutter! ¡Obvio era comida de
perro! Ya. No sé nada.’’
‘’No
sabemos absolutamente nada.’’ Le dije, con completa tranquilidad.
Me vio y
soltó una sonrisa genuina, y volvió a su cuaderno tachando ‘ Hundefutter = ciempiés ‘.